jueves, 10 de noviembre de 2011

Mis primeros recuerdos del colegio


Era mi primer día de guardería. Me habían aceptado en “ABC”, y estaba muy nerviosa, pero a la vez enfadada, ya que no tenía nada de ganas de empezar.
          Al llegar allí, podía ver a los niños que pronto serían mis compañeros jugando juntos. Se oía un barullo.
          Cuando una profesora abrió la puerta, vi como un niño más o menos de mi estatura, se acercaba, y se quedaba al lado de la puerta.
          Después de despedirme de mi madre, entré en aquel lugar extraño y desconocido, para mí, y miré alrededor. Aquel niño que me miraba desde la puerta, se acercó a mi y me saludó.
          Estaba frustrada, ya que todo allí era nuevo para mí, por lo que sin pensarlo, agarré la cara de aquel indefenso niño, y le mordí el moflete. Él empezó a llorar, y cuando las cuidadoras vieron el pedazo mordisco que le había dado, me castigaron mirando a la pared.
          Desde aquel día, según decía mi abuelo, siempre que éste pasaba por allí, de paso que iba a comprar el pan, me veía muy triste mirando, castigada, hacia la pared.
          Pronto me cambié de colegio, y fui al “Ludy”. Estuve allí desde los 3 añitos.
          Recuerdo que mis mejores amigas eran Carla, Claudia y Antía.
          A lo largo de los años, Antía y Claudia se fueron del colegio, y sólo quedamos de aquel grupo, Carla y yo. Éramos mejores amigas, y nos encantaba ser iguales en todo.
          Un día, volvíamos del comedor, con el estómago lleno de comida que no nos gustaba, y deseando ir al patio para jugar, antes de que empezasen las clases de por la tarde. Al subir, llegamos al pasillo que conducía hasta la puerta de salida, y nos quedamos paradas en frente de la secretaría, que estaba a unos metros de la puerta. Había unos hombres descargando material de un camión, por lo que una de las gigantes puertas, estaba abierta. Y no es que las puertas fuesen tan grandes como digo, sino que con cinco años, todo parece el doble de lo que realmente es.
          Mientras mirábamos la calle, vimos pasar un perro precioso. Era un Koker Spaniel. Cala y yo nos miramos con cara de admiración. Un rato después, pasó otro perrito, esta vez más pequeño, y para mi gusto, más feo que el anterior.
          Nos fuimos a jugar, y mientras tanto, comenzamos a hablar de los perritos que habíamos visto. Carla dijo que a ella le gustaba más el segundo, y yo dije que a mi el primero. Tan pronto como yo dije eso, ella cambió rápidamente de idea y me aseguró que a ella sólo le gustaba el mismo que a mí.
          Yo también hacía eso algunas veces.
          Desde que la conozco, Carla ha sido siempre mi mejor amiga, y aunque ahora no nos veamos, cuando nos vemos, nos alegramos muchísimo.

10 comentarios:

  1. Me gustó mucho tu relato, suerte de que te acuerdes de tantas anécdotas, a mi me resulta muy difícil desarchivarlas en mi cabeza.
    Me encantó la parte en la que narras tu amistad con Carla , Claudia y Antía porque aunque no se vean, las amigas ahí están .
    Un saludo, Reina de las Nieves.

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  2. Muchas gracias, Lady Camden. jaja
    Aunque no te conozca estoy segura de que serías una muy buena amiga tú también.
    Creo que he publicado un comentario en tu redacción, así que mira por si acaso.
    Hasta pronto: Reina de las nieves

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  3. Si, ya he mirado y comentado. Gracias Reina de las Nieves .

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  4. ¡Que bonito reina de las nieves! A mi también me gusta mucho tu redacción. Gracias por comentar y aquí estoy, devolviéndote el comentario jeje, un saludito.

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  5. A mí también me ha gustado. Pero lo que me ha impresionado es el mordisco que le diste a ese pobre compañero, Reina blanca. Me encanta este párrafo casi de terror gore:
    "Estaba frustrada, ya que todo allí era nuevo para mí, por lo que sin pensarlo, agarré la cara de aquel indefenso niño, y le mordí el moflete. Él empezó a llorar, y cuando las cuidadoras vieron el pedazo mordisco que le había dado, me castigaron mirando a la pared.
    Desde aquel día, según decía mi abuelo, siempre que éste pasaba por allí, de paso que iba a comprar el pan, me veía muy triste mirando, castigada, hacia la pared."
    Pero con lo rubísima y blanquísima que eres (se ve en la foto) como podías ser tan salvaje. Aunque me da mucha pena la pequeña Reina toda triste y mirando a la pared.
    Un saludo, Reina blanca.

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  6. Gracias también al mago Melín, por haber utilizado una pizca de su tiempo en mirar mi redacción aunque esté muy agetreado.
    La verdad es que yo tampoco me creo que haya hecho eso a ese pobre niño, pero bueno...
    Un saludo a tí también, mago Merlín.

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  7. Hola. Cuando entre en tu blog y vi que ya tenias escrito le redacción me imagine que ibas a poner lo que tantas veces me cuentas sobre abc. EL PEDAZO MORDISCO!!!. Ya vi tu comentario en el blog Muchísimas gracias.
    Un saludo estelar.

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  8. jeje Luz de Luna... Pues la verdad es que acertaste, jaja!!!
    Un saludo a ti también y gracias por el comentario!!

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